Durante su alegato final en el juicio por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta en Tailandia, el acusado español Daniel Sancho expresó su remordimiento por sus acciones posteriores al fallecimiento de la víctima. “Siento lo que hice después de la muerte”, declaró Sancho ante el tribunal.
Sancho aprovechó la oportunidad concedida por el juez para dirigirse directamente al estrado. Hablando principalmente en español, pero también en inglés durante sus 45 minutos de alegato, el joven español lamentó la pérdida de una vida y el sufrimiento causado a los padres de Arrieta.
“Siento que se haya perdido una vida y que unos padres hayan perdido un hijo. Siento que su familia no haya podido enterrarlo en condiciones”, manifestó Sancho.
Además de sus disculpas, el acusado hizo un gesto conciliador al afirmar que ayudará a la familia “en cuanto pueda” y que los compensará por “los daños morales del desmembramiento”. Esta declaración llega después de que el abogado de la familia revelara las difíciles circunstancias económicas y emocionales que enfrentan los padres de Arrieta.
Según el letrado, los progenitores del colombiano sufren depresión, ansiedad y pesadillas, y dependen de tratamiento para superar la trágica pérdida de su hijo, quien era el sustento económico de la familia.
A pesar de estas declaraciones, Sancho reiteró su inocencia y negó haber planeado el asesinato de Arrieta. “Soy inocente, la muerte de Edwin llega porque me atacó e intentó violarme. Intenté evitar la pelea”, aseguró, alegando que la muerte se debió a un accidente durante un forcejeo.