La estructura criminal del Clan del Golfo, dedicada a la extorsión en varios municipios de Córdoba, obtenía más de 1.200 millones de pesos mensuales mediante esta actividad ilegal.
De sus garras no se salvaba nadie: comerciantes, agricultores, docentes, hacendados, finqueros, contratistas de obras públicas y empresas de transporte, eran sus víctimas predilectas.
Comandados por alias “Pitufo”, “Mau o Tierra”, “Piqué”, “Yan”, “Satucho” y “La Negra”, estos delincuentes de la ‘Javier Yepes Cantero’ del Clan del Golfo se habían convertido en el terror de los comerciantes en San Antero, Lorica y otras zonas del literal costero y Bajo Sinú.
La operación que permitió capturarlos se ejecutó en los municipios de San Antero y Lorica. Ahora se les imputarán los delitos de concierto para delinquir agravado y extorsión agravada.
Según informes policiales, la red operaba mediante un sofisticado sistema de intimidación dirigido a diversos sectores económicos de la región. Comerciantes, ganaderos, agricultores, figuraban entre las principales víctimas de sus exigencias monetarias.
El modus operandi de la organización incluía la asignación de roles específicos a cada miembro. Alias “Mau o Tierra”, señalado como cabecilla militar de la zona, se encargaba de identificar a las víctimas potenciales y orquestar las amenazas. Su historial delictivo se extiende más allá de la extorsión, pues se le atribuye la orden de perpetrar tres homicidios en las localidades de Lorica y Cotorra.
Por su parte, los alias “Piqué”, “La Negra”, “Satucho” y “Yan” se dedicaban a la recopilación de inteligencia sobre las víctimas y las fuerzas del orden, además de ejecutar directamente los cobros extorsivos.
La captura de estos individuos supone un alivio para la población local, que se veía obligada a desembolsar sumas exorbitantes bajo amenazas. La interrupción de este flujo ilícito de dinero representa un golpe significativo a las finanzas del Clan del Golfo en la región.