El mercado público de Santa Cruz de Lorica, declarado Monumento Nacional en 1996, mantiene viva la tradición gastronómica de Córdoba con platos como el mote de queso, el sancocho de gallina y de pescado, mientras conserva su arquitectura republicana de principios del siglo XX.
La edificación de 1929, integra la influencia árabe y francesa en sus arcos, columnas y detalles ornamentales. Este espacio comercial preserva las características originales que lo convirtieron en un referente arquitectónico del Caribe colombiano.
Los visitantes encuentran en el mercado la preparación tradicional del mote de queso, plato emblemático que combina ñame, queso costeño y suero atolla buey. La arepa de huevo, otro ícono gastronómico de la región, se prepara siguiendo las recetas transmitidas por generaciones de cocineras loriqueras.
El mercado público refleja la época de prosperidad económica de Lorica durante las primeras décadas del siglo XX, cuando el municipio se consolidó como puerto fluvial sobre el río Sinú y centro de intercambio comercial con presencia de comerciantes sirio-libaneses.
La estructura del mercado, ubicada en el centro del municipio, conserva elementos distintivos como sus techos de zinc, ventanales amplios y sistema de ventilación natural, adaptados al clima cálido de la región.
Los dulces típicos como el enyucado, caballito y las alegrías también forman parte de la oferta gastronómica del mercado, elaborados por artesanos locales que mantienen las técnicas tradicionales de preparación.
El mercado público de Lorica representa la confluencia entre el patrimonio material e inmaterial de Córdoba, donde la arquitectura republicana sirve de escenario para la preservación de sabores y técnicas culinarias tradicionales del departamento.