En un rincón apartado del municipio de Buenavista, en Córdoba, se encuentra el corregimiento de Mejor Esquina, un lugar que fue testigo de una de las primeras masacres que se registraron en este departamento, así como del abandono estatal y la adversidad durante más de tres décadas.
Jaime Alberto Ojeda Moreno, representante de la Asociación Campesina local, alzó su voz para exponer la cruda realidad que enfrentan los habitantes de esta humilde comunidad.
“Nuestra situación actual es pésima”, expresó Ojeda con profunda preocupación.
Añadió que: “Realmente no contamos con los medios para desarrollar nuestras actividades diarias, por lo que nos vemos obligados a desplazarnos kilómetros en busca de un día de trabajo”.
La falta de oportunidades y el abandono gubernamental han sido una constante durante 36 años, un periodo en el que la comunidad ha luchado por sobrevivir y mantener su dignidad.
A pesar de estar a solo 4 kilómetros del río, los residentes se han visto privados del acceso a tierras cultivables y recursos básicos para su sustento.
“Necesitamos una reparación colectiva, tierras para cultivar y viviendas dignas”, clamó Ojeda.
Las precarias condiciones de vida son evidentes en las viviendas del corregimiento, construidas con materiales improvisados.
En un llamado desesperado al Gobierno Nacional, Ojeda exigió medidas contundentes para abordar esta crisis humanitaria. “Si es necesario, acudiremos a los organismos internacionales de derechos humanos”, advirtió, determinado a hacer valer los derechos de su comunidad.
La falta de acceso a la tierra y los recursos ha socavado la capacidad de los campesinos para sostener sus actividades agrícolas tradicionales, como el cultivo de arroz y plátano. Incluso las oportunidades para obtener microcréditos se ven obstaculizadas por la carencia de títulos de propiedad.
Ojeda instó a entidades como la Agencia Nacional de Tierras y la Agencia de Desarrollo Rural a intervenir y brindar soluciones integrales. “Nuestros hijos merecen un futuro mejor, y esta región merece ser representada a través de un pueblo que ha sufrido tanto”, concluyó.
En Mejor Esquina, el anhelo de progreso y justicia social se entrelaza con la resiliencia de una comunidad que no se rinde ante las adversidades, pero que clama por el apoyo gubernamental para construir un mañana más prometedor.
