El 51.6% de los 2,237 casos de dengue notificados en Córdoba hasta la semana epidemiológica 24 presentan signos de alarma, mientras que el 48% corresponden a dengue sin signos de alarma y el 0.4% a dengue grave. Estas cifras, reveladas en el informe epidemiológico de la Secretaría de Salud Departamental, encienden las alertas sobre la necesidad de fortalecer las acciones de prevención y atención oportuna.
La doctora María Inés Buelvas, referente de vigilancia epidemiológica del programa de dengue, expresó su preocupación por el alto porcentaje de casos con signos de alarma: “Nos preocupa que el porcentaje de dengue con signos de alarma sea más alto que el de dengue sin signos de alarma, porque eso denota dos situaciones: o el paciente está consultando tardíamente a las instituciones de salud, o los profesionales de la salud lo pueden estar diagnosticando tardíamente”.
Entre los signos de alarma más frecuentes se encuentran el dolor abdominal intenso, los vómitos persistentes, la acumulación de líquidos y el sangrado de mucosas. Ante la presencia de estos síntomas, es crucial acudir de inmediato a un centro de salud para recibir atención médica especializada y evitar complicaciones.
Por su parte, el doctor Carlos Usta Vellojín, referente de enfermedades transmitidas por vectores, hizo un llamado a los profesionales de la salud para fortalecer sus capacidades diagnósticas y brindar una atención oportuna: “Necesitamos darles los conocimientos a los médicos que atienden las urgencias para que, en el momento de hacer el triaje, clasifiquen adecuadamente al paciente según los signos y síntomas que presente”.
Ambos expertos coincidieron en la importancia de la educación y la participación comunitaria para prevenir la propagación del dengue. Acciones simples, como el lavado frecuente de tanques, la eliminación de criaderos de mosquitos y la protección personal contra picaduras, son fundamentales para contener el brote que afecta al departamento.
Ante el incremento de casos, las autoridades de salud han intensificado las estrategias de vigilancia epidemiológica, control vectorial y atención médica, con el fin de mitigar el impacto de esta enfermedad en la población cordobesa.