En medio de la preocupación por los bajos niveles de agua en el embalse Urrá I, un informe diario de hidrología del 18 de abril de 2024 ha revelado un aumento considerable en los caudales de entrada, brindando un respiro a la central hidroeléctrica que ha estado operando al 31% de su capacidad debido a la fuerte sequía que ha afectado al país.
Según los datos proporcionados, durante las primeras horas de la mañana del jueves los caudales de entrada al embalse se mantuvieron estables, variando entre 80.01 m3/s y 145.95 m3/s. Sin embargo, a partir de las 8:00 am, se registró un incremento significativo, alcanzando los 196.71 m3/s. Esta tendencia al alza se mantuvo durante las siguientes horas, llegando a un pico máximo de 286.47 m3/s a las 11:00 am.
El aumento en los caudales de entrada representa una esperanza para la recuperación del embalse, que ha estado operando muy por debajo de su capacidad debido a la escasez de lluvias en la cuenca tributaria. La sequía ha generado preocupación entre las autoridades y la población local, ya que el embalse Urrá I es crucial para la generación de energía hidroeléctrica en la región.
Aunque los caudales comenzaron a disminuir a partir de las 12:00 pm, manteniéndose aún elevados en comparación con las primeras horas del día, los expertos señalan que este incremento podría contribuir a una recuperación gradual de los niveles de agua en el embalse. Sin embargo, advierten que es necesario un monitoreo continuo de la situación y la implementación de medidas de gestión adecuadas para garantizar un aprovechamiento sostenible del recurso hídrico.
Las autoridades y los operadores de la central hidroeléctrica Urrá I se mantienen atentos a la evolución de los caudales y los niveles del embalse, con la esperanza de que este aumento registrado el 18 de abril sea el inicio de una tendencia positiva que permita aliviar la presión sobre el suministro de energía en la región.
La sequía ha sido un desafío constante para el embalse Urrá I en los últimos meses, generando preocupación por la seguridad energética y el impacto en las comunidades que dependen de este recurso.
El incremento en los caudales de entrada brinda esperanza, pero los expertos insisten en la necesidad de acciones coordinadas y políticas de gestión sostenible del agua para hacer frente a los efectos del cambio climático y garantizar la resiliencia de los sistemas hídricos y energéticos en la región.