“Estamos cerrando el Ciclo de los despojos de Funpazcor”: Restitución de Tierras

       A finales del 2013, Ricardo Sabogal Urrego, director de la Unidad de Restitución de Tierras, anunciaba desde Córdoba que el nuevo reto de la unidad de restitución era devolver las tierras despojadas por Funpazcor, hoy un año después, la dirección territorial anuncia que está tarea ya está casi terminada. “Estamos dando casi por terminado, las solicitudes que recaían sobre los predios que alguna vez fueron de propiedad de Funpazcor, y podemos decir que estamos cerrando el círculo de despojos de...


A finales del 2013, Ricardo Sabogal Urrego, director de la Unidad de Restitución de Tierras, anunciaba desde Córdoba que el nuevo reto de la unidad de restitución era devolver las tierras despojadas por Funpazcor, hoy un año después, la dirección territorial anuncia que está tarea ya está casi terminada.

“Estamos dando casi por terminado, las solicitudes que recaían sobre los predios que alguna vez fueron de propiedad de Funpazcor, y podemos decir que estamos cerrando el círculo de despojos de dejó esta fachada criminal, es un gran avance en Córdoba y en el país”, indicó Rodrigo Torres Velásquez, director dela Unidad de Restitución de Tierras en Córdoba.

El funcionario también resaltó el último fallo proferido, donde se ordena devolverles las tierras a 14 familias en aproximadamente 100 hectáreas de terrenos ubicados en Valencia que fueron arrebatados por el accionar delictivo de las autodefensas al mando de alias “Don Berna”.

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Según la Unidad de Restitución, Funpazcor fue utilizada como fachada por Sor Teresa Gómez, quien a través de amenazas obligaba a campesinos de Córdoba a entregar sus tierras a precios irrisorios.

Fue una modalidad de despojo que mezcló la presión armada y las triquiñuelas jurídicas por medio de falsos registros notariales, con los que se apropiaron de 10 mil hectáreas propiedad de 800 familias campesinas.

“La Hacienda Santa Paula, ubicada en el corregimiento de Leticia a escasas horas de la ciudad de Montería, hace parte de los predios que fueron despojados por la Fundación para la Paz de Córdoba, Funpazcor para usarlas en ganadería que en últimas financiaban a los grupos paramilitares.

En abril de 2013, los parceleros restituidos en la Hacienda Santa Paula recibieron de manos del Presidente de la República los títulos de sus predios, después de haber sido olvidados y cunado habían perdido las esperanzas de regresar algún día.
Según un artículo del portal Verdad Abierta, “Esta organización no gubernamental fue creada en 1991 por Fidel Castaño con el objetivo de adelantar una particular “reforma agraria” con campesinos afectados por las guerrillas de las Farc y el EPL, pero en la realidad terminó convirtiéndose en un práctico mecanismo de despojo para los paramilitares”.

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El documento señala que “La representante legal de Funpazcor era Sor Teresa Gómez, esposa de Manuel Gil, hermano medio de hermanos Castaño, quien se vinculó a comienzos de los noventa a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu, grupo que la asignó como administradora de sus predios. A principios de los noventa, a través de Funpazcor, Fidel Castaño le donó 10 mil hectáreas a 150 desmovilizados de la guerrilla del Epl y a 2.500 campesinos, una estrategia para asegurarse una base social”.

“Pero una década después varias personas empezaron a acercarse a los campesinos, exigiéndoles que vendieran sus parcelas a un millón de pesos por hectárea, amenazándolos y diciéndoles que “las órdenes venían de arriba”, según atestiguaron varias víctimas de despojo”.

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Según el artículo, “Los ganadores del despojo de Semana, publicado en septiembre de 2008, con la muerte de Fidel, y años después con la de Carlos, las decisiones sobre los bienes del clan quedaron en manos de Vicente y Jesús Ignacio Roldán, alias ‘Monoleche’. Fue entonces cuando sacaron por la fuerza a las personas a las que les habían donado las tierras”.

“Las autoridades tuvieron referencia de Funpazcor y de Sor Teresa Gómez Álvarez luego de un allanamiento realizado el 30 de abril de 1998 en un parqueadero ubicado en el centro de Medellín, conocido como Padilla”.

Según los documentos que encontraron las autoridades judiciales, la fundación se convirtió en una fachada para la adquisición ilegal de tierras, tráfico de armas y lavado de activos provenientes de actividades ligadas al narcotráfico.