La calidad y pertinencia de las ayudas humanitarias destinadas a la región de La Mojana fue seriamente cuestionadas por líderes comunitarios. Arnulfo Betancourt, representante de la zona, denunció que las ayudas recibidas son insuficientes, de baja calidad y no se ajustan a las necesidades reales de los habitantes afectados por las inundaciones.
“Muy poquitica ayuda humanitaria de muy mala calidad y no escuchan las sugerencias de quienes las utilizan”, afirmó Betancourt desde Montería donde se realiza un Puesto de Mando Unificado con autoridades nacionales para evaluar la situación. El líder comunitario expresó su frustración por la falta de consideración hacia las costumbres alimentarias locales en la selección de los productos entregados.
Según Betancourt, los habitantes de La Mojana están solicitando “que les den unas ayudas alimentarias acordes a lo que ellos saben comer y a lo que están acostumbrados”, pero estas peticiones no han sido atendidas. Esta situación ha generado un desajuste entre la asistencia proporcionada y las necesidades reales de la población afectada.
El representante comunitario sugirió la existencia de posibles irregularidades en la gestión de las ayudas. “Lo hacen armando negocios donde uno ve que de por medio está la corrupción porque no llega la calidad ni la cantidad que requiere la gente para poder alimentarse”, denunció Betancourt, poniendo en duda la transparencia del proceso de distribución.
La crisis se ha visto agravada por el colapso de los sistemas de apoyo local. Betancourt mencionó que las tiendas comunitarias y las ollas comunitarias, que tradicionalmente han sido un soporte vital en tiempos de crisis, han quebrado debido a la falta de recursos y la inadecuación de las ayudas recibidas.
Esta situación se suma a la ya crítica emergencia alimentaria que enfrenta la región. La pérdida de cultivos y la imposibilidad de pescar debido a las inundaciones han dejado a la población sin sus fuentes habituales de alimento, haciendo que dependan casi exclusivamente de la ayuda externa.