A todas nos duele amar y no ser correspondidas
Llevamos dentro el interés de que nos ame quien nosotras amamos con la misma intensidad o mayor con la que nosotras lo hacemos, y puede suceder que busquemos mil maneras de agradarle, para llamar su atención con el propósito de que el sentimiento sea mutuo, pero la realidad es que no mandamos en corazón ajeno, y por más que exijas y hagas para que te amen, si no está en la disposición de esas personas amarte, ¡no podrán dar lo que no sienten!
¿Por qué te hablo de esto?
Porque lamentablemente queda un vacío en el corazón por no ser correspondida; y quiero decirte que de ti depende de qué lo llenas.