La Fiscalía de Ecuador confirmó este martes que los cuatro cuerpos calcinados hallados cerca de la base de la Fuerza Aérea en Taura corresponden a los menores que desaparecieron el 8 de diciembre en Guayaquil, tras ser detenidos por militares.
Los análisis genéticos forenses identificaron los restos como pertenecientes a Saúl Arboleda, Steven Medina y los hermanos Josué e Ismael Arroyo, de entre 11 y 15 años, quienes fueron vistos por última vez cuando una patrulla militar los detuvo en el sector Las Malvinas, al sur de Guayaquil.
Un tribunal penal de Guayaquil dictó prisión preventiva para los 16 militares implicados en el caso, quienes enfrentan cargos por desaparición forzada, delito que contempla penas de hasta 26 años de prisión según el código penal ecuatoriano.
Los cuerpos fueron localizados el 24 de diciembre en una zona de manglares próxima a la base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), después de que un juzgado civil determinara la existencia de una “desaparición forzada” de los adolescentes.
La detención ocurrió en una de las zonas más afectadas por la violencia del narcotráfico en Guayaquil, donde las Fuerzas Armadas mantienen presencia permanente como parte de las medidas de seguridad implementadas por el gobierno.
Los militares investigados permanecían bajo custodia castrense desde el inicio de las investigaciones. La confirmación de las identidades ha generado reacciones entre organismos internacionales, que expresaron su preocupación por el caso.
El proceso judicial continúa mientras la Fiscalía recopila evidencias adicionales para establecer las circunstancias exactas de las muertes y determinar responsabilidades en este suceso que ha conmocionado al país sudamericano.