Sucre / Corozal. En una problemática ambiental se ha convertido para los habitantes de la urbanización Villa Andrea en el municipio de Corozal, la mala disposición de desechos mortuorios del cementerio de la segunda ciudad del departamento de Sucre, al igual que el estado que presenta el área de terreno que colinda con las viviendas del sector.
El cementerio ubicado en el sector de Ospina Pérez y aledaño a Villa Andrea, el barrio y otros sectores, aunque presenta un buen aspecto y permanece aseado en su interior, cuando son sacados los restos de las bóvedas para hacer algún tipo de cambios, éstos no tienen la disposición final que se requiere y son arrojados en muchos casos a la parte posterior del campo santo.
La situación afecta a los habitantes Villa Andrea cuyos patios colindan con los terrenos del cementerio. La situación para los moradores se constituye en un problema de salud pública, por lo que esperan que las entidades competentes tomen cartas en el asunto, principalmente la Administración Municipal que debe buscar una solución al problema, según lo manifestaron.
Igualmente, les preocupa la proliferación de vectores, roedores, y todo lo que genera precisamente ésta problemática ambiental: “Eso se ha convertido en una zona llena de malezas en donde proliferan los mosquitos y eso nos preocupa cuando hay tantas alarmas por enfermedades como el dengue y el chikunguña. También serpientes y ratas, que se entran a nuestras casas y tenemos que estar atentos para evitar que nos contaminen éstas” explicó el morador.
Sumado a lo anterior, cada vez que llueve, el agua se represa, causando problemas de humedad en las paredes y patios de las viviendas.
Para los moradores de la Urbanización Villa Andrea, el problema es de vieja data, desde que habitan en el sector conviven con este, por ello, han promovido en el pasado acciones de tutelas y otros mecanismos para buscar se reconozcan los derechos de la comunidad a gozar de un ambiente sano, libre de contaminación y evitar que se afecte la salud.
Al ser tutelados los derechos de la comunidad, quedaron los nichos y bóvedas que ya habían sido construidos, pero que no son utilizados, y se estableció que el Municipio tenía la responsabilidad de retirar todo lo que estaba allí.