Sandra Milena Granda no era barista profesional ni tostadora experta cuando decidió transformar el café de su finca en un producto comercial. Los primeros granos se quemaron, pero eso no la detuvo. Hoy, Café Sinú ha llegado a Europa, Estados Unidos y varios países de Latinoamérica, llevando consigo la historia de resiliencia del Alto Sinú.
La marca nació en la finca que fue de su abuelo, asesinado en los años 90, ubicada en la vereda La Chica, sector Cenizas. El emprendimiento comenzó de forma artesanal con degustaciones entre amigos y vecinos en pequeñas ferias de Tierralta.
“Café Sinú también nace para mostrarle a Córdoba y al mundo entero que hay una historia detrás de la marca”, explica Granda.
La tostión alta se convirtió en el sello distintivo del producto. Aunque inicialmente buscaba una tostión media, los clientes pedían tostar más el café en sus casas.
“No es como a mí me gusta o como lo dice el barismo, es como a la gente le gusta”, reconoce la empresaria, quien adaptó el proceso a los paladares costeños que prefieren sabores a chocolate, caramelo y panela.
El proceso de elaboración fue completamente manual durante los primeros meses. La visibilización en redes sociales, especialmente en TikTok y Facebook, impulsó el crecimiento de la marca.
Actualmente, Café Sinú se comercializa en su sede principal en Tierralta, en el barrio Escolar sobre la calle principal, y en Montería tiene presencia en el Pueblito Cordobés todos los fines de semana.
También participa en diferentes ferias y tiene un punto en el centro comercial Alamedas. La marca está en proceso de obtener el registro INVIMA y el sello de café colombiano, trámites que ahora son gratuitos gracias al registro único de víctimas.






