El ministro del Interior, Armando Benedetti, generó controversia al anticipar que el salario mínimo para 2026 alcanzaría $1.800.000, (sin especificar si esa cifra incluye el auxilio de transporte).
Esto representaría un incremento superior al 10% frente a los $1.623.000 vigentes en 2025, (con subsidio de transporte incluido). Esta proyección supera ampliamente las expectativas de analistas económicos y organizaciones empresariales.
A través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), Benedetti vinculó el incremento salarial con un mensaje político dirigido a la clase media colombiana.
Durante el gobierno de Gustavo Petro, cuando este asumió la presidencia, el salario mínimo se encontraba por debajo del millón de pesos, destacó el funcionario, quien agregó que actualmente los trabajadores reciben el 100% de sus festivos y domingos.
La declaración del ministro llega antes de instalarse el proceso de negociación para definir el salario mínimo de 2026. Históricamente, en 24 años, el aumento del salario mínimo solo logró concertarse en nueve ocasiones, evidenciando las dificultades para alcanzar consensos entre sectores.
Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, calificó anteriores medidas salariales del gobierno como populistas y sin fundamento técnico. Los gremios empresariales, incluidos Fenalco y la Andi, advierten que incrementos demasiado altos podrían afectar negativamente el empleo formal y la competitividad empresarial, especialmente en un entorno económico desafiante.
En las pasadas pujas por el mínimo, las centrales sindicales habían propuesto inicialmente un 18% de incremento para 2024, pero posteriormente cedieron al 12%, mientras los gremios empresariales no presentaron una propuesta formal en ese momento. Para 2025, el gobierno Petro decretó un aumento del 9,54%, fijando el salario en $1.423.500.
Según el Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, los incrementos salariales benefician directamente solo al 17% de la fuerza laboral formal, mientras el 83% restante, compuesto mayoritariamente por trabajadores informales, podría no experimentar mejoras sustanciales.
La proyección de Benedetti sobre un salario de $1.800.000 implicaría el mayor incremento porcentual en décadas. Organizaciones como Acopi alertan que los costos asociados al incremento del salario mínimo afectan especialmente a empresas pequeñas y medianas, que podrían optar por reducir personal o limitar nuevas contrataciones.
Las negociaciones formales para el salario mínimo 2026 iniciarán próximamente. El proceso de concertación se desarrollará durante noviembre y diciembre, periodo en el que se definen los parámetros económicos y se negocian las propuestas entre gobierno, empresarios y sindicatos.






