Me dan ganas de llorar al ver este desastre: campesino

Un campesino rememora los años de prosperidad de la ciénaga de Corralito y siente tristeza por el desolador panorama del presente.


Cereté. José Benjamín Padilla, nativo de Cereté, recuerda las épocas de abundancia cuando iba la ciénega de Corralito a pescar en compañía de su padre, dice sentir ganas de llorar al ver cómo la mano del hombre ha destruido lo poco que queda de este espejo de agua.

“Pescaba con mi papá aquí desde los 12 años. Este era el sustento de Cereté, El Chorrillo, Pelayo y hoy en día me da pesar y ganas de llorar lo que estoy viendo, porque aquí se están quemando las iguanitas, la hicotea, el ponche, el chavarrí, todo se está acabando”, expresa el impotente campesino.

El mal proceder de algunos, que para cazar hicoteas le prenden fuego al humedal, ha echado por la borda casi cuatro décadas de trabajo aunado para recuperar este complejo de humedales.

“Desde hace tres días está la candela quemándose, lo estaba yo diciendo, prendieron la ciénaga, pero nosotros no podemos hacer nada con nuestras manos, nos metemos por un lado y ya encontramos la candela por el otro”, afirma.

El campesino hace un llamado desesperado las autoridades para que ayuden a apagar el incendio y aplicar severas sanciones a quienes desecan los humedales y se apropian de sus terrenos.

“No nos dejan recuperar la ciénaga, este señor ya trae la cerca por aquí. Donde está aquella casa iba el río que era el que colindaba con la ciénega y hoy en día mire dónde viene”, indica el campesino al señalar como se han apropiado de los terrenos del complejo cenagoso.

Mientras la ciénaga de Corralito arde los campesinos se preguntan qué tipo de acciones se emprenderán para salvar nuestros humedales, y lo único de lo que están seguros es que ellos y las futuras generaciones pagarán las consecuencias.

“No sabemos porque no hay justicia para los que dicen que son dueños de esto. Aquí hacemos un llamado a que nos ayuden, nos den una mano en la recuperación de la ciénaga para que esto sea como antes”, sentencia el labriego.