Unicórdoba y su apuesta por el girasol como alternativa agrícola en Córdoba

Este estudio permitirá proponer un modelo de alternativa agrícola, que ayuda a superar la crisis de los cultivos tradicionales.


Montería. Investigadores de la Universidad de Córdoba están estudiando las ventajas comparativas del girasol para la producción de aceite comestible, miel, las propiedades de la semilla en términos de antioxidantes y vitaminas, así como la elaboración de ensilaje.

Este estudio permitirá proponer un modelo de alternativa agrícola, que ayuda a superar la crisis de los cultivos tradicionales y rotativos en el departamento de Córdoba y la región.

El docente Luis Ovidio Zumaqué orienta esta investigación adelantada por el grupo de biotecnología del departamento de química y departamento de biología de la Unicórdoba, con el apoyo de Orgánicos de la Costa Caribe.

“El girasol tiene una serie de ventajas que pueden aprovecharse, con híbridos adaptables a regiones tropicales, es resistente a la sequía y a suelos más marginales que los que necesitan otros cultivos. De allí el interés de hacer estos estudios y ofrecer el girasol como alternativa a los agricultores, las pruebas preliminares indican buenos resultados en producción, pero es necesario realizar más análisis científicos”, precisó el profesor Oviedo Zumaqué.

La cosecha piloto se sembró el 15 de diciembre de 2019 y a los 45 días ya se encontraba en fase de apertura de flor, con etapa de inflorescencia para el surgimiento de más flores en cada planta.

Son resultados tempranos si se comparan las experiencias en otras regiones del continente, donde es de hasta 120 días para llegar a esa etapa, concluyen los investigadores.

El biólogo Wilson Baldovino, egresado de la Universidad de Córdoba, se encarga paralelamente del estudio de fenología del cultivo y cómo el clima y otras condiciones podría repercutir en la viabilidad del mismo.

De igual forma, los beneficios y las propiedades de la semilla del girasol, así como el aceite que se extrae de la misma y la miel, son analizados por el equipo profesional de la Universidad de Córdoba del que hace parte Mara Villalba Anaya, química de la Institución.