El ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, defendió el incremento del salario mínimo para 2026 y descartó que genere presiones inflacionarias significativas en la economía colombiana.
Durante la rueda de prensa realizada este lunes, Sanguino explicó que el factor salarial representa apenas uno de múltiples componentes en los costos de producción.
El funcionario calculó que el alza decretada impactará únicamente un 0,6% en los valores finales de productos y servicios, calificando este efecto como “marginal”.
El jefe de la cartera laboral rechazó la tesis que vincula directamente aumentos salariales con espirales inflacionarias. Presentó cifras del Gobierno Nacional que muestran cómo la inflación descendió de casi 14% a 5,3% durante la administración Petro, pese a incrementos nominales del 37,6% en remuneraciones.
“El ingreso adicional genera mayor consumo de los hogares, incrementa la demanda agregada y estimula la producción”, argumentó Sanguino al explicar la teoría del multiplicador keynesiano que respalda la medida.
El ministro citó experiencias internacionales para fortalecer su postura. Mencionó específicamente los dos gobiernos del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva entre 2003 y 2010, periodo en el cual el salario mínimo creció 99,89% nominalmente mientras la inflación promedio anual se mantuvo en 5,8%.
El decreto presidencial estableció el salario base en $1.750.905 y el auxilio de transporte en $249.095, completando una remuneración total de dos millones de pesos para 2026.
Sanguino también anunció que su cartera diseña incentivos especiales para microempresas y famiempresas, buscando mitigar posibles efectos del ajuste sobre estas unidades productivas que concentran importantes niveles de empleo en el país.
