Recientes investigaciones han puesto en tela de juicio la creencia popular de que el consumo moderado de alcohol, particularmente vino, podría ser beneficioso para la salud de los adultos mayores. Un estudio realizado por el Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias en la Universidad de Victoria ha arrojado luz sobre los potenciales riesgos asociados con el consumo de alcohol, incluso en cantidades consideradas anteriormente como seguras.
El Dr. Timothy Naimi, director del instituto, enfatizó la naturaleza cancerígena del alcohol, señalando su contribución a aproximadamente 50 tipos diferentes de fallecimientos. Esta declaración cuestiona directamente la noción arraigada de que una o dos copas diarias podrían tener efectos positivos en la salud.
La investigación sugiere que el alcohol podría estar vinculado a una serie de problemas de salud en adultos mayores, incluyendo depresión, enfermedades hepáticas y renales, además de incrementar el riesgo de varios tipos de cáncer. Entre los más destacados se encuentran los cánceres de laringe, esófago, hígado, colon y recto, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un informe de la OMS publicado en 2019 reveló patrones de consumo alarmantes a nivel global. Europa encabeza la lista con un 62,4% de su población mayor de 15 años consumiendo alcohol en los últimos 12 meses, seguida de cerca por América con un 60%. Estas cifras subrayan la magnitud del desafío que enfrentan las autoridades de salud pública en la lucha contra el consumo excesivo de alcohol.
Es importante señalar que este tipo de estudios, que analizan datos históricos para establecer correlaciones entre hábitos y resultados de salud, pueden estar sujetos a sesgos que podrían influir en sus conclusiones. Sin embargo, la consistencia de los hallazgos en múltiples investigaciones sugiere que es necesario reconsiderar las recomendaciones sobre el consumo de alcohol, especialmente para la población de edad avanzada.
Estos descubrimientos instan a una reevaluación de las políticas de salud pública y las guías de consumo de alcohol, particularmente para los adultos mayores. La idea de que existe un nivel “seguro” de consumo de alcohol está siendo cuestionada, lo que podría llevar a cambios significativos en las recomendaciones médicas y las percepciones culturales sobre el consumo de bebidas alcohólicas en la tercera edad.
