Jesús Alzate, el cordobés con una voz de oro

Por Róbinson Nájera Galvis
10 meses atrás

El hombre llega con la puntualidad de los triunfadores. Camina despacio, como contando sus propios pasos. Su silencio y modestia son propios de un cristiano común y corriente, pero apenas suelta el saludo, surge un corrientazo de voz que a veces parece no ser de este mundo; así se comprende por qué es catalogado entre las 10 mejores voces noticiosas y comerciales en la historia de la radio en Colombia.

Jesús Alzate Arroyo nació en Sahagún, en la casa más humilde del Barrio Guayabal. Se graduó como bachiller en el colegio Andrés Rodríguez, pero su padre, carpintero pobre y viudo, no tenía cómo costearle la universidad. Entonces, alguien intervino para que lo nombraran maestro de escuela en El Viajano. La sorpresa fue grande cuando el muchacho dijo que a esa escuela destartalada y sucia no entraría jamás.

Jesús se inclina un poco para disfrutar de uno de los patacones con queso ofrecidos. Luego sonríe al recordar cómo la decepción se convirtió en alegría al verlo reunir a la comunidad con palas y machetes, consiguiendo latas de pintura. Fiel a su palabra, solo entró a trabajar cuando la escuela estuvo reluciente, ya que incluso el inspector se sumó a la campaña. Sin embargo, su sueño estaba en otra parte.

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La charla con Jesús y Martha Ligia es informal, en la terraza del Hotel Villa Manuela. La gente entra y sale sin percatarse del personaje. Si supieran que es la misma voz que estuvo 22 años en Caracol Radio, 15 en Caracol TV y actualmente resuena en ESPN, Walt Disney Company y Media Pro, se tomarían una foto con él. Sin embargo, tenemos la esperanza de que estos ejemplos de vida lleguen algún día a los colegios.

La brisa campestre refresca sus recuerdos. Su paso fugaz por Radio Barají, la emisora del pueblo, lo llevó a Montería para dar la hora en el programa cultural “Campanita”, dirigido por el entonces sacerdote Jesús Darío Restrepo. Pero la calidad de su voz y su deseo de volar y caminar con saltos de canguro lo llevaron pronto a las más importantes empresas radiotelevisivas de Colombia y del exterior.

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Después de escribir libretos para telenovelas en Todelar Barranquilla y de sentarse en el banco de Las 100 Noticias Caracol del Día en Bogotá, en un momento de incapacidad pasajera de uno de los ilustres lectores, Yamid Amat, el director, le dijo: “Muchacho, siéntate allí y trata de leer como él”. Más adelante, le quemó el papel donde leía, y, al seguir dando la noticia sin inmutarse, se quedó con el puesto.

Jesús, ahora está frente a nosotros, saboreando el último patacón. Entonces, me pregunto si será el mismo tipo que tocó el cielo al formar parte del grupo que tanto admiraba: Jorge Antonio Vega, Fernando Calderón España, Gustavo Niño Mendoza, Eduardo Aponte Rodríguez, Edgar Oviedo Sandoval. Como si adivinara mi pensamiento, expresa que pasó de largo porque aprendió a manejar la tecnología.

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Uno de ellos, Edgar Oviedo, dice que “la personalidad de Jesús es inmensa como el mar y su voz, potente como las olas”. De esto no cabe duda; él nunca tuvo un alto puntaje en pruebas, no completó ni un semestre completo. Todo giró en torno a su pasión por hacer las cosas bien. Una vez mejoraron sus ingresos, se llevó a su padre a Bogotá con un sueldo quincenal para que lo acompañara en el banco, donde él se sentaba a esperar las brisas del triunfo. ¡Qué grandeza, cuadro!