Las condiciones de ‘El Niño’ podrían ser más fuerte de lo pronosticado, pues el fenómeno podría extenderse hasta mediados del 2016.
El Ministerio de Ambiente alertó sobre la posibilidad de que los efectos del fenómeno de ‘El Niño’ se extiendan hasta el segundo semestre de 2016, y pidió a los colombianos prepararse para enfrentar el período más crítico que será en diciembre de este año y enero y febrero del siguiente.
Así lo confirmó el jefe de la cartera, Gabriel Vallejo, quien asistió al debate de control político sobre el fenómeno natural que se adelantó en la Comisión de Asuntos Territoriales del Senado de la República, donde dijo que “lo peor de este fenómeno natural está por venir”.
El funcionario recordó que se tenía previsto que este fenómeno iniciara su debilitamiento en marzo de 2016, pero los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, Ideam, anunciados por su director Omar Franco y basados en agencias internacionales, indican que sigue en maduración y se extenderá hasta mayo o junio del próximo año.
En este sentido, Franco dijo que el fenómeno climático “no ha terminado de madurar y siendo un ‘Niño’ fuerte, la fase de debilitamiento costará más tiempo y es potencialmente claro que el fenómeno puede tener un impacto superior al 30 de marzo y puede estar presente hasta el primer semestre de 2016 en varias regiones”.
Así las cosas, las entidades anunciaron que seguirán recorriendo el país articulando con las autoridades locales y departamentales los Planes de Acción y de Contingencia para hacer frente a los períodos más críticos del fenómeno de ‘El Niño’ y llevando el mensaje de ahorro de agua y energía a los colombianos.
BOSQUES PERDIDOS
En los últimos seis años se han deforestado en el país cerca de un millón de hectáreas de bosques, casi seis veces la extensión del departamento del Quindío, alertó el presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones, Gustavo Galvis Hernández.
“La regulación natural hídrica se altera totalmente por la deforestación, ya que los bosques, páramos, humedales, ciénagas, zonas de manglares y riberas de ríos y quebradas, es decir, las fábricas del agua, dejan de ser retenedores del recurso para que en épocas secas, como la actual, podamos contar con un flujo adecuado”, argumentó el dirigente gremial.
“Si agregamos que solamente tratamos alrededor del 30% de las aguas residuales, el panorama se vuelve más complejo, porque la escasa agua está contaminada. Y hay que sumar la débil cultura de ahorro de agua y energía, más un creciente consumo por aumento de población y actividades productivas. Nos encontramos ante ‘la tormenta perfecta’, que torna dramática y trágica la aparición de ‘El Niño’. Si aparece su hermana, ‘La Niña’, tampoco habrá regulación y la sequía se convertirá en inundación”, explicó Galvis.