Montería. Más de 110 toneladas de jeringas, guantes, batas sucias y demás residuos hospitalarios, generan las clínicas privadas y hospitales de la red pública de salud.
La totalidad de estos residuos son tratados en Córdoba, donde una empresa se encarga de su destrucción y disposición final.
Carlos Bula Vergara, es ingeniero industrial y coordinador del sistema Integrado de Gestión de la Empresa Bioresiduos, que se encarga de la manipulación de los desechos de varios centros asistenciales de Córdoba, Sucre, Bajo Cauca y Sur de Bolívar, son los únicos en la región que ofrecen este servicio que demanda el cumplimento de estrictos protocolos de bioseguridad.
“Estos desechos son muy peligrosos por lo cual no pueden ser depositados en cualquier lugar, por eso la manipulación de los mismos debe estar ajustada a estrictas normas y procedimientos”, indicó Bula.
Las 110 toneladas de desechos que se recogen mensualmente en la zona de influencia se calcinan en la planta de incineración de la empresa, ubicada en el Corregimiento Garzones en la Vereda Flor del Sinú.
“Mucha gente se imagina que estos residuos son enterrados o arrojados al relleno, pero no es así, la empresa tiene 7 vehículos reglamentarios para el transporte de los desechos que son llevados al horno de incineración que tiene las especificaciones técnicas para destruirlos”.
Según el ingeniero Carlos Bula, el horno de incineración de Bioresiduos tiene un sistema purificador que evita el escape de partículas contaminantes al ambiente, logrando así una disposición final segura de los desechos peligrosos.
